viernes, 22 de julio de 2011

EL HOMBRE SEGUN MARX DE ERICH FROMM ,MODERNISMO Y POSTMODERNISMO

INFORME VIRTUAL
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD ROMULO GALLEGOS
DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACION











PERSPECTIVAS EPISTEMOLOGICAS EN LA PRODUCCION DE SABERES












FACILITADORA : DOCTORA FERYENY PADRINO
PARTICIPANTE: JOSE AQUILES LUGO G









VALLE DE LA PASCUA JULIO DE 2011














En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y es el mármol, el médico y el paciente. E.Fromm

En la obra de Erich Fromm se puede apreciar que el hombre, el Ser humano transita de la Modernidad a la Postmodernidad a pasos agigantados. El mundo postmoderno está inmerso en filosofías como el hedonismo, individualismo, utilitarismo y pragmatismo. No hay lugar para las certezas, para la utopía, sino para la mezcla, donde todo es permitido. Con el postmodernismo se inaugura el torrente de un pensamiento vacío. Se rechaza categóricamente "una razón" como fundamento esencial del quehacer del individuo. Sin embargo; para algunos postmodernos se fundan muchas "racionalidades", recuperando para sí lo experiencial aleatorio, la subjetividad, y el sentimiento ¿Qué busca el pensamiento postmoderno?, ¿cuáles son sus pretensiones?. Dos características esenciales definen claramente lo que es el "proyecto" postmoderno. En primer lugar, la heterogeneidad empírica del fenómeno. En segundo lugar, el hecho de que la postmodernidad no se defina por sí misma, sino en relación a la modernidad (De Viana, 1995).Para Fromm la Modernidad busco exaltar al hombre -la promesa que no muere-. Le ofreció total dominio sobre el poder de la naturaleza -ontocracia natural- y de alguna manera lo liberó de esa onerosa tiranía. Sin embargo, el hombre al liberarse de ella cae y crea -por desgracia- nuevas dependencias (tecnocracias, burocracias) que van en detrimento de él mismo. Asevera Fromm a o largo de su obra que esta sociedad fragmentada rompe con el universo simbólico moderno, dejando libre a todos los elementos que conforman la vida de los hombres y confiriéndole autonomía a cada uno de ellos para interpretar y normar la vida cotidiana. El ideal de hombre que en un principio proclamó la modernidad murió sin ser concebido. Se quería fundar la edad del sujeto; pero terminamos instaurando el reino del objeto -materialismo, utilitarismo, pragmatismo-. La cuestión del sujeto, su interés, su significancia y alcance, de alguna manera se pierden en la modernidad. Frente a un mundo tecnificado y científicado el asunto por el hombre pierde importancia.
Expresa el autor que el hombre privilegia el tener sobre el ser y no debería ocurrir porque estas posesiones son efímeras, destaca que el hombre vale por lo que es y nunca por lo que tiene, aunque el mismo no lo comprenda y se esclavice ante lo material. El autor penetra en esas ideas para situar a Marx como "existencialista espiritual", destacando a la vez la índole real de su materialismo histórico y de su socialismo para oponerlos como protesta a la enajenación del hombre en la sociedad industrial. El ser humano actual se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe invertirse provechosamente. El hombre se ha convertido en un consumidor eterno, y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su apetito.Según el autor, en la sociedad actual el éxito y el fracaso se basa en el saber invertir la vida. El valor humano se ha limitado a lo material, en el precio que pueda obtener por sus servicios y no en lo espiritual (cualidades de amor, ni su razón, ni su capacidad artística). La autoestima en el ser humano depende de factores externos y de sentirse triunfador con respecto al juicio de los demás. De ahí que vive pendiente de los otros, y que su seguridad reside en la conformidad; en no apartarse del rebaño. El individuo debe estar de acuerdo con la sociedad, ir por el mismo camino y no apartarse de la opinión o de lo establecido por ésta. Es importante destacar que entre los malentendidos que circulan no hay quizás otro más difundido que la idea de “materialismo” de Marx. Se supone que Marx creía que la principal motivación psicológica del hombre es su deseo de ganancias y de bienestar económico y que su búsqueda de las utilidades máximas constituye el principal incentivo de su vida personal y de la vida de la especie humana. La imagen popularizada del “materialismo de Marx” su tendencia antiespiritualista, su deseo de uniformidad y subordinación es totalmente falsa. El fin de Marx era la emancipación espiritual del hombre, su liberación de las cadenas del determinismo económico, su restitución a su totalidad humana, al encuentro de una unidad y armonía con sus semejantes y con la naturaleza. Una razón de la errónea interpretación de Marx puede deberse a que los comunistas rusos se apropiaron de la teoría de Marx y trataron de convencer al mundi de que su práctica y su teoría siguen las ideas de aquél. Aunque lo contrario es lo cierto, Occidente aceptó las pretensiones de la propaganda y ha llegado a dar por supuesto que la posición de Marx corresponde a la concepción y práctica rusa
Para que la sociedad de consumo funcione bien, necesita una clase de individuos que cooperen dócilmente en grupos numerosos que quieren consumir más y más, cuyos gustos estén estandarizados y que puedan ser fácilmente influidos y anticipados. Este tipo de sociedad necesita miembros que se sientan libres o independientes, que no estén sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia moral y que, no obstante, estén dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a encajar sin roces en la máquina social. Los hombres actuales son guiados sin fuerza, conducidos sin líderes, impulsados sin ninguna meta, salvo la de continuar en movimiento, de avanzar. Esta clase de individuo es el autómata, persona que se deja dirigir por otra. El humano debe trabajar para satisfacer sus deseos, los cuales son constantemente estimulados y dirigidos por la maquinaria económica. El sujeto automatizado se enfrenta a una situación peligrosa, ya que su razón se deteriora y decrece su inteligencia; adquiere la fuerza material más poderosa sin la sabiduría para emplearla.
El peligro que el autor ve en el futuro del humano es que éstos se conviertan en robots. Verdad es que los robots no se rebelan. Pero, dada la naturaleza del ser humano, los robots no pueden vivir y mantenerse cuerdos. Entonces buscarán destruir el mundo y destruirse a sí mismos, pues ya no serán capaces de soportar el tedio de una vida falta de sentido y carente por completo de objetivos. Para superar ese peligro, el autor dice que se debe vencer la enajenación, debe vencer las actitudes pasivas y orientadas mercantilmente que ahora lo dominan y elegir en cambio una senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el sentimiento de ser él mismo y retomar el valor de su vida interior.
Una razón de la errónea interpretación de Marx puede deberse a que los comunistas rusos se apropiaron de la teoría de Marx y trataron de convencer al mundi de que su práctica y su teoría siguen las ideas de aquél. Aunque lo contrario es lo cierto, Occidente aceptó las pretensiones de la propaganda y ha llegado a dar por supuesto que la posición de Marx corresponde a la concepción y práctica rusa.Expresa Erich Fromm que Karl Marx trata de encontrar las cosas como realmente son dentro de cómo parecen ser.
Para Marx, la política debe explicarse partiendo de relaciones económicas concretas y de sus desarrollos históricos, no a la inversa. Porque al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente sus propia vida material y produce, además, sus representaciones. Si se toman esas representaciones como signos, no es analizando sus pretendidos significados como se producirá una teoría modificadora de lo real, sino interpretándolas desde su materialidad, para poder luego actuar en consecuencia. Marx sospecha de las teorías que “descienden del cielo a la tierra”. Es decir, que pretenden explicar la realidad desde conceptos ideales. Marx sospecha de las fijaciones a los signos y a partir de la consideración de las relaciones materiales e históricas intenta ir de lo real, de las cosas, de las situaciones, tal y como son a lo conceptual, es decir a como deberían ser.

Manifiesta el autor que la mayoría de los autores coinciden en que la modernidad es un concepto filosófico y sociológico, que puede definirse como el proyecto de imponer la razón como norma trascendental a la sociedad. Desde ese punto de vista es similar al concepto kantiano de Ilustración. Fue muy significativo, para entender la diferente concepción de lo nuevo entre la Edad Media y la Moderna, el Debate de los antiguos y los modernos. En la sociología de Michel Freitag, la modernidad es un modo de reproducción de la sociedad basada en la dimensión política e institucional de sus mecanismos de regulación por oposición a la tradición, en la que el modo de reproducción del conjunto y el sentido de las acciones que se cumplen es regulado por dimensiones culturales y simbólicas particulares. La modernidad es un cambio ontológico del modo de regulación de la reproducción social basado en una transformación del sentido temporal de la legitimidad. En la modernidad el porvenir reemplaza al pasado y racionaliza el juicio de la acción asociada a los hombres. La modernidad es la posibilidad política reflexiva de cambiar las reglas del juego de la vida social. La modernidad es también el conjunto de las condiciones históricas materiales que permiten pensar la emancipación conjunta de las tradiciones, las doctrinas o las ideologías heredadas, y no problematizadas por una cultura tradicional.
Marx en su concepción, amplía el campo de aplicaciones y con ello también el horizonte de significación; así, en un primer estadio de su análisis crítico que incide ante todo sobre el ámbito socioeconómico, lo “moderno” equivale a una categoría más bien negativa que viene a identificarse con la abstracción y dualismo que alienan al hombre y de cuya superación depende la realización del hombre; posteriormente, al hacer extensivo su análisis al ámbito político y tocado él mismo por la visión optimista de la época ante el progreso, atribuye a la modernidad una noción más positiva: la transición de una sociedad menos desarrollada a otra más desarrollada en la que se hacen presentes los nuevos elementos progresivos ,si bien, el progreso no ha de entenderse aquí necesariamente en su vertiente moral de mejoramiento, sino en el sentido histórico de incremento y acumulación, con el que se da paso a la liberación del hombre en el nuevo tipo de sociedad (socialista) que surge. Para Marx ,según Fromm, el socialismo es la recuperación del hombre como verdadero Ser Humano, es la verdadera solución del conflicto entre la existencia y la esencia, entre la libertad y la necesidad, es la humanización de la naturaleza que permitirá la autorrealización del ser humano.