jueves, 10 de mayo de 2012

PENSAMIENTO COMPLEJO


















CAPITULO I-II-III DE LA TESIS










ABORDANDO LA COMUNIDAD

















ARTICULO CIENTIFICO


REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
   UNIVERSIDAD ROMULO GALLEGOS
                AREA DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÒN












CIENTIFICISMO    Y     TRANSFORMACION UNIVERSITARIA
                                                     (ARTICULO CIENTIFICO)








                                              FACILITADORA: DRA Feryeny Padrino
                                              PARTICIPANTE:      José Aquiles Lugo
                                                                                          C.I. 7321213
                              





                             Valle de la Pascua Abril de 2012
                   





   Cientificismo   y    Transformación  Universitaria

                                                                                  José Aquiles Lugo G


Resumen.

Es relevante mencionar que uno de los aspectos medulares de la razón de ser de las instituciones universitarias se remite a la producción de conocimiento, a través de investigaciones las cuales no solo deben responder a las necesidades del colectivo intra y extra universitario sino que deben contribuir a  fortalecer y  a renovar la docencia. Sin embargo esta función pareciera haber quedado relegada  o estancada ya que muchos Investigadores no investigan, no producen conocimiento, mientras que otros investigadores no consideran las necesidades de la comunidad para realizar sus investigaciones, convirtiéndose en un Cientificista, es el investigador que se ha adaptado a un mercado científico, renunciando a asignarle significado social a su actividad, desvinculándose de los problemas políticos, y entregándose  de lleno a su ‘carrera’, aceptando para ella las normas y valores de los grandes centros internacionales, los cuales no representan la realidad del país.  El cientificista para ser aceptado en los altos círculos de la ciencia debe dedicarse a temas más o menos de moda, pero como las modas se implantan en el norte siempre comienza con desventaja de tiempo careciendo frecuentemente  de pertinencia social.



Palabras Claves: Ciencia, Cientificismo, Investigación, Transformación        Universitaria, Pertinencia Social, Conocimiento.




ABSTRACT


It is worth mentioning that one of the core aspects of the rationale of universities refers to the production of knowledge through research which should not only meet the needs of the group within and outside the university but must contribute to strengthen and renovate teaching. However this feature seems to have been relegated or stagnant since many researchers do not investigate, do not produce knowledge, while other investigators did not consider the needs of the community to do their research, making scientism, is the researcher who has adapted to a scientific market, giving meaning to assign social activity, unrelated to political problems, and giving himself to his 'career', accepting for her norms and values ​​of the great international centers, which do not represent the reality of the country . The scientistic to be accepted into the highest circles of science should be devoted to topics more or less fashionable, but as the fashions are implanted in the north always starts with a disadvantage of time often lack social relevance.



        Keywords: Science, Scientism, Research, university transformation, social relevance, Knowledge. Social Linking



Introducción.  

               En épocas recientes así como en otras lejanas se ha hablado de la Transformación Universitaria, de su necesidad, importancia e  impostergabilidad,  muchas instituciones de Educación Universitaria afirman hoy como lo hicieron ayer que están en constante renovación, apreciación que analizándola a profundidad no ha pasado de ser un slogan.  Enfatiza  Cereijido  que la ciencia es una forma de interpretar la realidad sin recurrir a milagros o dogmas, pero que lamentablemente la gente no solo  confunde frecuentemente información con conocimiento  sino que consideran ciencia e investigación como sinónimos. A pesar de la gran cantidad de Postgraduados, Doctores y Postdoctores hoy en día se realiza  muy  poca investigación  y la poca que se realiza no responde a las necesidades de las instituciones, a las necesidades de los colectivos Varsavsky manifiesta que clasifica en cuatro las  actitudes de los científicos frente al sistema  vigente: “fósil” o reaccionaria pura en primer término;  “totalitaria”, es decir  stalinista estereotipada, en segundo término;  en el tercero, la posición “reformista” o defensora del sistema en su forma más moderna y perfeccionada, que admite entre otras cosas críticas “razonables”;  y por último en el orden de presentación pero no de importancia, la posición “rebelde” o revolucionaria, intransigente ante los defectos del sistema y ansiosa por modificarlo todo desde una perspectiva nacional, que responda a una necesidad sentida del colectivo donde se desarrolla la investigación. El Cientificismo ha venido dominando el escenario académico nacional y en palabras de  Cereijido también el escenario académico suramericano. Para  Varsavsky el Cientificismo es la actitud del que, por progresar en esta carrera científica, olvida sus deberes sociales hacia su país y hacia los que saben menos que el. Resalta este autor que el mayor peligro lo constituyen los docentes o investigadores “fósiles” quienes son incapaces siquiera de ser Cientificistas.

        DESARROLLO


           Sin una nueva visión de la investigación no es posible la transformación universitaria El rol de la investigación en la mayoría de las universidades no solo venezolanas sino latinoamericanas ha extraviado su pertinencia social respondiendo en muchos casos a modelos, propuestas y necesidades foráneas y en otros a intereses personales del investigador perdiéndose así  una brillante oportunidad de satisfacer las necesidades del colectivo. La transformación, los cambios, no se decretan sino que se construyen por lo que el docente debe ser garante y promotor de estas innovaciones. Varios autores han clasificado en cuatro las  actitudes de los docentes-científicos en las instituciones educativas frente al sistema  vigente: “fósil” o reaccionaria pura en primer término; son aquellos docentes que no aportan nada, pero si se quejan y lo critican todo y que con la única función que cumplen parcialmente es con la docencia.   “totalitaria”, es decir  stalinista estereotipada, en segundo término; defienden el sistema actual como un dogma, no aceptan ningún tipo de cambios,  en el tercero, la posición “reformista” o defensora del sistema en su forma más moderna y perfeccionada, que admite entre otras cosas críticas “razonables” ,en algunos aspectos, que pudieran contribuir ,según su criterio, a optimizar las condiciones universitarias; se atribuyen como uno de sus logros el “combate” contra los fósiles  .
                 Por último en el orden de presentación pero no en de importancia, la posición “rebelde” o revolucionaria, intransigente ante los defectos del sistema y ansiosa por modificarlo todo desde una perspectiva nacional. Son los docentes o científicos cuya sensibilidad política los lleva a rechazar el sistema social reinante en nuestro país y en toda Latinoamérica. Lo consideran irracional, suicida e injusto de forma y fondo; no creen que simples reformas o ‘desarrollo’ puedan curar sus males, sino sólo disimular sus síntomas más visibles. No aceptan sus normas y valores ,copiados servilmente, para colmo, de modelos extranjeros; no aceptan el papel que el sistema les asigna, de ciegos proveedores de instrumentos para uso de cualquiera que pueda pagarlos, y hasta sospechan de la pureza y neutralidad y apoliticismo de las élites científicas internacionales al imponer temas, métodos y criterios de evaluación. A estos científicos rebeldes o revolucionarios se les presenta un dilema clásico: seguir funcionando como engranajes del sistema, dando clases y haciendo investigación ortodoxa o abandonar su oficio y dedicarse a preparar el cambio del sistema social como cualquier militante político. El compromiso usual ante esta alternativa extrema es dedicar parte de tiempo a cada actividad, con la consiguiente inoperancia en ambas. Este dilema tiene una  arista, mencionada muchas veces pero a nivel de slogan: usar
la ciencia para ayudar al cambio del sistema, tanto en la etapa de lucha por el poder como en la de implementación ,y definición concreta previa del que lo va a sustituir.
        El valor de un científico, el valor de la investigación de un docente universitario debería medirse por la calidad de su trabajo, la originalidad de sus ideas y la influencia que ellas tienen sobre sus colegas, por su capacidad de formar y estimular a otros más jóvenes, de crear escuela, por la intensidad y continuidad de su esfuerzo, por la respuesta que pudiera brindar a la comunidad. Desdichadamente se mide  de una manera muy acorde con su ideología, usando como instrumento principal el “paper”, artículo publicado en una revista científica. El paper tiene una cantidad de ventajas, aparte de exponer los resultados del trabajo en forma concreta e inteligible. Se puede contar cuántos publica cada científico por año, de qué
tamaño son y en qué categoría de revistas ha aparecido. El número de veces que un paper es citado por otros mide su influencia; la lista de coautores ya da un principio de jerarquización; permite mencionar la institución que proveyó los fondos para el trabajo. La lista de papers publicados es el argumento más directo y palpable para demostrar el éxito de un subsidio o la importancia de un currículum vitae. Gracias a ellos la investigación científica puede contabilizarse. Sin exagerar demasiado, podemos decir que lo que el investigador produce para el mercado científico es el paper.                    Importantes, pero no tanto, son la asistencia y comunicaciones a reuniones y congresos, las invitaciones a dar cursos en instituciones prestigiosas, y sobre todo el reconocimiento personal de los que ya pertenecen a la élite. Pero lo fundamental, lo insustituible es el paper.
                         De ahí la ansiedad por publicar, sobre todo al comienzo de la carrera científica. El número de artículos publicados es tan importante como su contenido, y a veces más, pues dado los miles de especialidades existentes es imposible hacer una evaluación seria de todo lo que se publica. Se admite que la aceptación por una revista especializada es garantía suficiente de calidad, y así aumenta el poder de los editores y de los referees de esas revistas. En base a eso se ha creado un mecanismo (criterio universalista, objetivo) de ingreso y movilidad interna en este grupo social de científicos, controlado por una élite cuya autoridad le deriva en parte de sus antecedentes científicos y en parte cada vez mayor de su influencia sobre fundaciones y otros proveedores de fondos. En Venezuela y en otros países hay una ‘carrera de investigador’, con múltiples categorías en su escalafón. El paper es esencial para ascender, para justificar los subsidios obtenidos, para renovar los contratos con las universidades ‘serias’.El contenido del paper es más difícil de evaluar; sólo hay un consenso sobre los muy buenos y muy malos. Para los normales, las opiniones sobre su importancia relativa están frecuentemente divididas, y eso da más preponderancia a los criterios ‘contables’. Este tipo de mecanismo revela la influencia de las filosofías de tipo neopositivista, surgidas del éxito de las ciencias físicas y del triunfo del estilo consumista. Aun los científicos que se proclaman antipositivistas aplican esta filosofía al actuar en su profesión. El ‘método científico’, criterios de verdad, validación empírica, observables, definiciones operacionales, medición coincide en la práctica con el método de las ciencias físicas, por la importancia de éstas en nuestro estilo de vida, y el deseo de cuantificar se convierte en necesidad extrema.
                      Esta tendencia a usar sólo índices cuantificables,como el número de papers, es ya mala en Economía, peor en Sociología y Educación , pero se usa porque es ‘práctica’.Así un informe de UNESCO (1968) afirma que los países subdesarrollados necesitan un científico cada mil habitantes como mínimo, observación tan vacía como decir que un hombre necesita respirar x moléculas por hora, sin especificar de qué moléculas se trata. Si nuestros científicos llegasen a importar científicos norteamericanos medios hasta completar esa cuota,estaríamos perdidos por varias generaciones.El hecho concreto es, pues, que los logros científicos tienden cada vez más a medirse por criterios cuantificables, lo cual supone ser sinónimo de ‘objetivo’ y ‘científico’. Un resultado natural es la masificación de la ciencia: cualquiera que se las haya arreglado para cumplir formalmente con esos criterios, debe ser admitido en el grupo. Pero es bien sabido que el cumplimiento de requisitos fijos requiere una habilidad poco relacionada con la inteligencia y la sabiduría. Estas no molestan, al contrario, pero no son indispensables, pues se trata sólo de
realizar ciertos actos o rituales específicos que, como veremos, no son muy difíciles. De paso, esa falacia de simplificación que consiste en describir un fenómeno complejo mediante unos pocos índices –cuantificables o no,
es un ejemplo más de la ‘ciencia universal’ para tratar de problemas fuera de las ciencias físicas, debido a su insistencia en copiar los métodos de ésta. Es evidente que los criterios universalistas como el I.Q., las notas de los
exámenes, o el número de papers publicados, son más o menos satisfactorios para el grueso de los casos. Pero cuando se trata de valorar el talento, es mucho más importante no equivocarse en la pequeña minoría por encima de los ‘3 sigma’ de desviación con respecto al promedio. Lo que ocurre es que este sistema social no está realmente interesado en ese
problema; prefiere definir el médico como interesado en poseedor de un diploma otorgado por una Universidad reconocida, dejando en segundo término si realmente sabe curar. Muchos creen aún que la capacidad de hacer un paper publicable es capacidad suficiente de ‘sabiduría’, aunque aceptan que tener un diploma de médico no es garantía de saber curar. He tenido que leer demasiados papers en mi vida para compartir esa opinión. Creo que es garantía de algunas importantes virtudes positivas: laboriosidad, tenacidad, need of achievement, amor propio, aderezadas con una cierta dosis de inteligencia específica y gusto por la ciencia. No es garantía de tener espíritu crítico ni ideas originales, grandes o pequeñas.
                              Piénsese en lo trillado y nítido del camino que tiene que seguir un joven para llegar a publicar. Apenas graduado se lo envía a hacer una tesis o a perfeccionarse al hemisferio Norte, donde entra en algún equipo de investigación conocido. Tiene que ser rematadamente malo para no encontrar alguno que lo acepte. Para los graduados de los países subdesarrollados hay consideraciones especiales, becas, paciencia.Allí le enseñan ciertas técnicas de trabajo –inclusive a redactar papers, lo familiarizan con el instrumental más moderno y le dan un tema concreto vinculado con el tema general del equipo, de modo que empieza a trabajar con un marco de referencia claro y concreto. Es difícil para los no investigadores darse cuenta de la ventaja que esto último significa. Se le especifica incluso qué tipos de resultados se esperan, o qué hipótesis debe probar o refutar. Puede consultar con sus compañeros –a veces también con el jefe del equipo, pero es más raro que sea accesible, porque está de viaje, o con problemas administrativos, o porque es demasiado excelso para que se lo moleste,dispone de la bibliografía y tecnología necesarias, escucha los comentarios de los visitantes, y puede dedicarse a su trabajo tiempo completo. Cuando consigue algún resultado, la recomendación de su jefe basta para que su trabajo sea publicado en una revista conocida, y ya ha ingresado al club de los científicos. Nótese que en todos estos pasos la inteligencia que se requiere es más receptiva que creativa, y receptiva en el tema de que se trata, nada más (en cuanto se tiene un poco más que eso, ya empieza uno a destacarse). El joven recibe sus instrucciones de trabajo especificadas y la investigación procede según reglas de juego establecidas de antemano (sé que esto provocará protestas de todos los que se sintieron abandonados y perdidos durante los primeros meses, al llegar a un laboratorio extranjero, pero traten de comparar esa sensación con la de estar trabajando solos, en un lugar aislado, teniendo incluso que elegir solos el tema de tesis y que juzgar solos la importancia del resultado). Poca diferencia hay entre esto y sus estudios universitarios, salvo la dedicación. Aquello de “90% de transpiración...” sigue valiendo, pero con 99,9.Si en el curso de algunos años ha conseguido publicar media docena de papers sobre la concentración del ión potasio en el axón del calamar gigante excitado, o sobre la correlación del número de diputados socialistas y el número de leyes aprobadas, o sobre la representación de los cuantificadores lógicos mediante operadores de saturación abiertos, ya puede ser profesor en cualquier universidad, y las revistas empiezan a pedirle que sirva de referee o comentarista. Pronto algún joven se acerca a pedirle tema de tesis (o porque es bueno o porque los buenos no tienen más lugar) y a partir de entonces empieza a adquirir gran importancia su talento para las relaciones públicas.Pero aunque hubiera no uno, sino cien de estos científicos por cada mil habitantes, los problemas del desarrollo y el cambio no estarían más cerca de su solución. Ni tampoco los grandes problemas de la ciencia ‘universal’.Los más capaces, los más creativos, sufren también la influencia de este mecanismo, y sometidos a la competencia de la mayoría se ven presionados a dedicar sus esfuerzos a cumplir esos requisitos formales, para los cuales, justamente muchas veces no tienen habilidad. Y aunque el sistema deja todavía muchos resquicios y oportunidades para los más inteligentes, podemos decir por lo menos que no estimular la creatividad y las grandes ideas, sino el trabajo metódico (útil pero no suficiente para el progreso de la ciencia y la adaptación a normas establecidas).No es de extrañar que la masa cada vez mayor de científicos esté absorbida por la preocupación de esa competencia de tipo empresarial que al menor desfallecimiento puede hacerle perder subsidios, contratos y prestigio, y se deje dominar por la necesidad de vender sus productos en un mercado cuyas normas es peligroso cuestionar. Y eso ocurre aunque políticamente está a veces en contra del sistema social del cual el mercado científico es un reflejo.Y no es de extrañar tampoco que estos últimos 45 años –una generación no hayan visto la aparición de ninguna idea del calibre que nos dieron Darwin, Einstein, Pasteur, Marx, Weber,Mendel, Pavlov, Lebesgue, Gödel, Freud o la pléyade de la mecánica cuántica.La ciencia de la sociedad de consumo ha producido innumerables aplicaciones de gran importancia, desde computadoras hasta órganos artificiales, pero ninguna de esas ideas emocionantes, verdaderos momentos estelares de la humanidad, a que nos referimos anteriormente. Esta es una afirmación que necesita muchas más pruebas que las que puedo dar aquí, pero me parece indispensable hacerla, porque en la medida en que sea cierta, la ciencia actual esta usufructuando indebidamente el prestigio de obra humana universal que conquistó merecidamente la ciencia del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, y eso deforma la visibilidad política de los científicos. Cualquier especialista angustiado por publicar antes que sus competidores, cualquier lector de revistas científicas generales o de divulgación, quedará indignado ante la afirmación de la ciencia hoy no avanza como la de ayer cuando su sensación es que le resulta imposible mantenerse informado siquiera superficialmente de todo cuanto se hace.
                        Es verdad que la ciencia actual avanza mucho en extensión. Pero lamentablemente avanza menos que antes en profundidad (creo que la metáfora es clara, ya que no científica).Faltan grandes ideas, o al menos hay escasez de ellas, sobre la diversidad y detalle. La calidad se ha transformado en cantidad. En las ciencias humanas el panorama es más desolador todavía. El uso indiscriminado de la estadística y la imitación acrítica de los métodos de las ciencias físicas no permiten tener grandes esperanzas para el futuro próximo. Hoy hay más científicos vivos que en toda la historia previa de la humanidad, y disponen de recursos en cantidad más que proporcional a su número. Con esos recursos adquieren aparatos y materiales maravillosos, asistentes bien entrenados, bibliografía completa y rápida .Disfrutan de gran prestigio y de sueldos nada despreciables. ¿Qué han producido con todas esas ventajas? Toneladas de papers y muchos objetos, pero menos ideas que antes.
                          Todo este conjunto de características de la investigación científica actual es lo que podríamos llamar ‘cientificismo’. Resumiendo, cientificista es el investigador que se ha adaptado a este mercado científico, que renuncia a preocuparse por el significado social de su actividad, desvinculándola de los problemas políticos, y se entrega de lleno a su ‘carrera’, aceptando para ella las normas y los valores de los grandes centros internacionales, concentrados en un escalafón. El cientificismo es un factor importante en el proceso de desnacionalización que estamos sufriendo; refuerza nuestra dependencia cultural y económica, y nos hace satélites de ciertos polos mundiales de desarrollo. El cientificista en un país subdesarrollado es un frustrado perpetuo. Para ser aceptado en los altos círculos de la ciencia debe dedicarse a temas más o menos de moda, pero como las modas se implantan en el Norte, siempre comienza con desventaja de tiempo.
               Atenta también contra la transformación universitaria la  concepción cientificista del currículo que priva en nuestra educación, los contenidos de cada disciplina autónoma y el libro de texto en que se explicitan. Así, se supone que desde la misma disciplina se determinan los contenidos a enseñar y su secuencia, estructurados a partir de la lógica interna de cómo se han constituido los fundamentos de tal disciplina. La enseñanza no se define desde los conocimientos disciplinares, pedagógicos y didácticos del maestro, sino que se define externamente, desde comunidades académicas especializadas, que determinan qué enseñar, con método único, con el ánimo de formar para la ciencia, desde la ciencia, ignorando que una cosa es el conocimiento de la ciencia, otra la ciencia que se enseña y otro diferente, el conocimiento efectivamente estructurado por los estudiantes.
    




CONCLUSIONES 

         
                       A manera de conclusión es importante resaltar que la transformación universitaria y la pertinencia social de la investigación tiene como primer eslabón al docente, quien debe estar consciente del rol que debe desempeñar en estos tiempos de cambio para responder a las necesidades del entorno. Se debe resaltar que hacer ciencia no es acumular información sino una forma de interpretar la realidad y transformarla. La transformación no se impone, se construye por lo que se debe propiciar, buscar, construir el consenso para que se creen las condiciones para los cambios necesarios, teniendo siempre claro que estos cambios deben comenzar en lo mas interno de cada individuo, ya que nadie puede dar lo que no tiene, pero si cada uno de los miembros de una comunidad universitaria esta dispuesto realmente a ceder un poco, los cambios fluirán ,no se si afortuna o desafortunadamente pero esta transformación debe partir desde el seno de cada comunidad universitaria quien la debe percibir útil, necesaria y urgente en virtud de lo cual cada uno de sus miembros da un paso al frente para mas que juntos, unidos propiciar los cambios personales y institucionales que permitirán avanzar hacia la utopia necesaria.

  


                                         REFERENCIAS

Azpiazu, D. El desarrollo ausente. Buenos Aires .Flacso. 1994

Babine, J. La Evolución del Pensamiento Científico. Buenos Aires. Centro Editor
                 de America Latina .1994

 Cereijido,M y  Reinking. La ignorancia debida. Caracas. Monte Ávila.2008

Cereijido,M. Ciencia sin seso, locura doble. Buenos Aires, siglo XXI, 2007

Cereijido, M.  La Ciencia como calamidad. México. F.C.E. 2006.

Sábato, J.El Pensamiento Latinoamericano en la Problemática ciencia-tecnología-  dependencia-desarrollo. Buenos Aires. Paidos.1985

 Oteiza, E . La política de investigación científica y tecnológica. Buenos Aires
                    Centro Editor de America Latina
.
 Varsavsky, Oscar: Ciencia, política y cientificismo. Buenos Aires, CEAL, 1969

ANALISIS DEL LIBRO CON LA CABEZA BIEN PUESTA DE EDGAR MORIN


CON LA CABEZA BIEN PUESTA
Edgar Morin                                              

                                                                   Dra Feryeny Padrino
                                                                   Lic José Aquiles Lugo G


                                   La realidad socioeconómica de Venezuela exige que todos y cada uno de quienes habitamos esta tierra de gracia nos adaptemos a los tiempos de cambio que vive el mundo actual, es muy difícil por no decir imposible afrontar estos cambios que se suceden unos tras otros si nuestra mentalidad no ha cambiado, es decir no es posible, al menos exitosamente, abordar un paradigma con una visión contraria a la esencia que este lleva inmersa. Es por esta razón que el prestigioso intelectual Edgar Morin propone en su libro o mejor dicho en sus libros reformar el pensamiento para reformar la enseñanza, y reformar la enseñanza para reformar el pensamiento. Para reformar el pensamiento Morin propone los principios que permitirían seguir la indicación de Pascal: "Creo que es imposible conocer las partes sin conocer el todo y que es imposible conocer el todo sin conocer particularmente las partes...". Esos principios conducen a superar un conocimiento fragmentario que, al tornar invisibles las alteraciones entre un todo y sus partes, rompe lo complejo y oculta los problemas esenciales; conducen también a superar un conocimiento que, al atender sólo a las globalidades, pierde contacto con lo particular, lo singular y lo concreto.
  Esos principios conducen a remediar la funesta desunión entre el pensamiento científico, que disocia los conocimientos y no reflexiona sobre el destino humano, y el pensamiento humanista, que ignora los aportes de las ciencias que pueden alimentar sus interrogantes sobre el mundo y la vida. Por eso es necesaria una reforma del pensamiento que desarrolle nuestra aptitud para organizar el conocimiento y permita la vinculación de dos culturas divorciadas. Expresa Morin que de esta manera podrían reaparecer así las grandes finalidades de la enseñanza: crear cabezas bien puestas más que bien llenas, enseñar la condición humana, iniciar en la vida, afrontar la incertidumbre, enseñar a transformarse. En la actualidad una gran cantidad de profesionales tienen abundante información pero no tiene conocimientos, es decir mucha de la información que manejan no le sirve en la practica porque esta desvinculada de la realidad o no saben como aplicarla. Si no hay pertinencia social de que sirve esa información ese conocimiento. Es importante destacar que cuando Morin menciona la necesidad de organizar el pensamiento, el conocimiento,  se refiere no solo al especializado, al académico sino al conocimiento en general en sus más variadas fuentes, al conocimiento que nos acompaña y que se produce en el diario vivir. De vital importancia es  pensar el futuro con incertidumbre como una vía para comprenderlo y asumirlo. De esta manera podremos construir una sociedad planetaria donde el ser humano sea actor y autor de su propio destino, esculpiendo una mejor calidad de vida para todos y dejando un mejor mundo para las generaciones venideras.



MI ACCION DOCENTE...POSITIVO...NEGATIVO...INTERESANTE


MI ACCION DOCENTE

                     LO POSITIVO, LO NEGATIVO Y LO INTERESANTE.



                            He tenido la dicha desde hace 30 años de acompañar a niños, adolescentes y adultos por este fascinante mundo del saber ya que he sido afortunado al tener la posibilidad de trabajar en todos los niveles y modalidades del sistema educativo venezolano aunado a este hecho el compartir con personas de tan diversa formación y de tan significativas vivencias es sin lugar a dudas lo positivo de mi acción docente. Es reconfortante el respeto, el cariño y la admiración que me demuestran mis exalumnos en su mayoría hoy profesionales con familia  quienes labran su futuro día a día ,reconforta saber que de una u otra forma nuestros consejos, opiniones y actitudes incidieron en su vida al reforzar valores que guían su transitar por este mundo no solo como profesionales sino como seres humanos, lo que es sin lugar a dudas , lo mas relevante .
                                En cuanto a lo negativo, mas que negativo me gustaría llamarlos aspectos mejorables, serian los numerosos estudiantes que  en la mayoría de las ocasiones abarrotan las aulas de clases en detrimento de la calidad educativa y de la atención personalizada que se merecen nuestros compatriotas estudiantes, otro aspecto mejorable es la carencia de equipos que funcionen como recursos para el aprendizaje, mediante los cuales el proceso educativo sea mas dinámico e incentive mas al participante.
                                 Lo interesante radica en el cambio de mentalidad de todos y cada uno de nosotros los docentes para desaprendiendo hacer nuestro este proceso de cambios que vive no solo nuestro país sino el mundo en general. Si la mayoría de los docentes cambiamos de paradigma y nos adaptamos a los tiempos de cambio con toda seguridad tendremos una educación más pertinente que preparara   al participante no solo para ejercer una profesión específica sino para la vida. ¡Asumamos el reto ¡                      

                                                   JOSE  AQUILES  LUGO  G